El Día Internacional de la Mujer Trabajadora conmemora la lucha de la mujer por su participación dentro de la sociedad, en pie de emancipación de la mujer y en su desarrollo íntegro como persona.
Se conmemora el 8 de marzo y aunque no siempre se ha celebrado en la misma fecha, fue institucionalizado por las Naciones Unidas en 1975 con el nombre de Día Internacional de la Mujer, aunque el origen de este día es bastante anterior ya que en el año 2011 se celebró su centenario.
En 1910, en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague, se reiteró la demanda de sufragio universal para todas las mujeres y, a propuesta de Clara Zetkin, se proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer
Como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el año anterior, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de un millón de personas, que exigieron para las mujeres el derecho de voto y el de ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral. Desde entonces se ha extendido a otros países y continentes.
Como curiosidad, aunque el Día Internacional de la Mujer era celebrado el 8 de marzo en muchas partes del mundo, no lo fue en Estados Unidos hasta 1994, cuando Beata Poźniak, una actriz inmigrante de Polonia, reivindicó, mediante solicitud al Congreso de Estados Unidos el reconocimiento del Día Internacional de la Mujer en los Estados Unidos el 8 de marzo.
Investigando más sobre este día también me parece interesante compartir con vosotros que:
En España, a partir del 8 de marzo de 1910, la mujer accedió a la Enseñanza Superior en igualdad de condiciones que el hombre, cuando se aprobó una real orden que autorizó “por igual la matrícula de alumnos y alumnas”, poco después de que Emilia Pardo Bazán fuera nombrada consejera de Instrucción Pública. Bien es cierto que antes, las pioneras de finales del siglo XIX habían comenzado a ir a la Universidad pues no existía ninguna ley en contra. No estaba prohibido simplemente porque nadie había pensado, jamás, en que una mujer quisiera estudiar y, mucho menos, que lo necesitara para ser una buena madre y esposa.
Hubo casos anteriores:
- En 1785, María Isidra de Guzmán, conocida como la doctora de Alcalá, obtuvo el grado de doctorado en la Universidad de Alcalá de Henares.
- En 1849, Concepción Arenal se disfrazó de hombre para estudiar Derecho en la Universidad de Madrid.
Sin embargo en 1882 una real orden suspendió «en lo sucesivo, la admisión de las Señoras a la Enseñanza Superior». Seis años después, en 1888, otra real orden acuerda «que las mujeres sean admitidas (...) como alumnas de enseñanza privada» pero con autorización. Tenían que pedir permiso al Ministerio de Instrucción Pública y conseguir que cada uno de los profesores firmara el impreso de matrícula comprometiéndose a garantizar el orden en el aula. De modo que el 8 de marzo de 1910, por fin las mujeres pudieron matricularse en igualdad de condiciones que el hombre. Fecha ésta, bastante temprana en comparación a otras naciones europeas; la mujer no accedió a la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, sino hasta 1947
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